Constancio

Un domingo más de pesca submarina, en esta ocasión tres tripulantes y los tres pescadores, nadie de barquero mientras pescábamos o intentábamos pescar, que no siempre se consigue.

Brumas matinales,  9 a.m. y hasta las 13 horas no se dejó ver el sol, como consecuencia de salir de nuevo el nordeste y despejar esa neblina. Durante la semana no paró de soplar con mucha intensidad y llegó a enturbiar la orilla. Hoy no obstante, a partir de los 4 ó 5 metros de fondo, es decir, saliendo de la misma costa, el agua estaba totalmente cristalina y según que puntos con más visibilidad que en el Mediterráneo, aunque no nos asomamos a las profundidades de allí, lógicamente.

Aquí en el Cantábrico, cuando sopla nordeste, es aconsejable navegar en esa misma dirección de barlovento, pues suele salir al mediodía y es la forma de regresar más cómoda y rápidamente a puerto. Además conviene ir con un buen abrigo, 7 mm de chaqueta y 5 de pantalón es lo más adecuado.

La primera parada, saliendo desde El Musel la hicimos en Merón. Llegamos en unos 15 ó 20 minutos y lo dicho, aguas «caribeñas» si no fuera por los 14 grados del agua. Algún botón, algún sargo, abadejos, un hermoso tiñoso… y hechos los tirinos, cambiamos de zona.

Navegamos ya hacia Gijón viendo desde la lancha los claros y oscuros, (arena-piedra) y de nuevo vamos haciendo agua en un par de puntos más y algo de  pesca, un sargo real (pizcuervu) y algún botón más «pal suegru».

Muchas risas, además del ejercicio realizado, por lo que la mañana se nos hizo cortísima y casi a las 3 de la tarde llegábamos a nuestras casas con todo listo y el «justificante en la paxa«. Lástima que no veamos en las fotos el estreno del bonito traje de Roberto, se lo quitó del calor que pasó con él.

Esperemos que para finales de este mes, ya en el campeonato de parejas del Club APNEA, tengamos todos unos mejores cuerpos, entrenados y listos para hacer un papel honroso. Cuidadín, compañeros.

Aqui «les semeyes«.