Archive for julio 29th, 2011 | Daily archive page

posted by | No comments

Acostumbrado a viajar por medio mundo, aunque este yankee lo hace en avión, no en velero, como Guillermo, del Tin Tin, (por cierto haceros amigos de él en Facebook, le prestará) pues como digo, el californiano Tim Stewart llegó a Gijón, proveniente del país vasco, antes de Cataluña, primero en Madrid y Salamanca para terminar unos estudios de post grado y con muchas ganas ganas de sumergirse para pescar algo en el Cantábrico.

Preparamos los equipos y como estará apenas tres días, nos dirigimos hoy jueves a la cetárea de Cadavedo. Aunque entramos relativamente temprano, sobre las 11 de la madrugada. El nordeste pegaba ya con bastante gana, casi las mismas que quería quitarnos a nosotros al verlo así. Pero el americano es guerrero por naturaleza y no se amedrentaba por una fuerza tan pequeña, habituado, a veces a su «Pacífico» que de pacífico solo tiene el nombre.

Algún boton se dejaba ver, tal vez sabiendo que nuestra mente estaba solo para piezas de dignas de asombro. Me dice pronto que ha visto una lubina grande… lo que me hace abrir más aún los ojos, buscando entre los carreiros, los bajos, la laminaria y fijándome en todo lo que se menea incluso el no que no se menee. (Luego al ver muiles, me confesó que aquella lubina, debía ser de la misma familia, prima-hermana).

Con bastantes borreguitos ya íbamos calándonos mientras atravesábamos los 700 m. que nos separaban de la último peñón de la playa hasta la Chubar. Yo tiraba de las dos boyas juntitas como hago habitualmente, una pegada a la otra con un solo cabo de fondeo y el compañero debe ir atendo a ellas. Piano piano, llegamos a los islotes y el mar, cada vez batía con más fuerza haciendo grandes espumeros.

Una chopa, una furagaña, unos botones ya curiosos más un congrio es lo que pude atrar. Lo que es ver… pues poco más: un pizcuervu que no me dejó acercar y varias chopas más, huyendo como de la muerte, aunque muy probablemente ni les tiraría, por su poco peso y por ende, poca chicha. Tim, que viene de coge halibut de 15 kilos, corvinas de 33 kilos, mero escoba enorme y otras menudencias, se conformó con «una lubina» como la primera que vió y algún botón, por aquello de decir de no salir de vacío.

[photopress:tim_001.jpg,full,pp_image]

Tim con mero cola de escoba 20 kg. en Baja California, Méjico.

[photopress:t_001.jpg,full,pp_image]

Corvina, Ca.

De vacío no de lleno, nos topamos con la vigilancia pesquera de la Dir. Gral de Pesca, mostrando la pesca, las licencias y cambiando impresiones, pero de las buenas. En el poco trato que me ha tocado tener con la vigilancia, siempre me han parecido mucho más profesionales que el Seprona, y éstos de Cadavedo más correctos en el trato con nosotros y otros cañistas que también había allí. Como debe ser por parte de todos los agentes, incluso de cualquier funcionario (hay cada arrogante por ahí…)

Aunque a mi furagana le faltaban unos milímetros,,, con la reprensiòn privada que me echó el vigilante, fué suficiente para no olvidarlo: 36 cm. de lubina como mínimo, chavales… más, pero no menos. Tim con su perfecto inglés, hablando con ellos sin problema en tamaños, le pareció oportuno donar el pescado al asilo de Luarca, pues allí se dirigían los agentes y nosotros, teníamos planes hasta la noche.

«Comidos y bebidos» con buena sidra en el Casino de Cadavedo, regresamos sin prisa a Gijón con tiempo para irnos a la Semana Negra, después seguiría su «camino de Santiago» Cimavilla, Fomento para intercambio socio-cultural.

[photopress:con_Tim.JPG,full,pp_image][photopress:Tim.JPG,full,pp_image]