Constancio

No me gusta recoger estas lamentables noticias, que por otro lado todos sabemos ocurren de vez en cuando, pero llega un momento en el que pienso que a estas alturas en la que todos estamos sobradamente bien informados por revistas, vídeos, webs con publicación de cursillos sobre los riesgos que podemos o no asumir en la pesca submarina, ya no deberia haber ningún fallecimiento, pero lamentablemente suceden de vez en cuando.

Recojo esta nota de prensa sobre un pescasub alemán, afincado en Benidorm,  apareció en un fondo de 29 metros. Aunque aún no se sabe si tuvo algún problema de corazón, síncope o cualquier otra cosa, lo que nos debe es hacer reflexionar es que no merece la pena dar el máximo en profundidad ni de permanencia en el fondo por capturar una buena pieza.

Claro que en esta vida, nada más cruzar la calle, subir al coche estamos en riesgo, incluso si resbalamos en la bañera, pero toda prudencia es poca en el mar. Recuerdo un caso que otro pescasub pedía auxilio y estaba con el traje, pero sin aletas y con el cinturón puesto. Pánico? -Ante todo, mucha serenidad, que información la tenemos y creo que sobrada. Tarzanadas, ninguna, por favor.

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HALLAN SIN VIDA EL CUERPO DEL BUZO DESAPARECIDO EN LA ISLA DE BENIDORM.

El fallecido, de 25 años y residente en el municipio, practicaba la pesca submarina a pulmón.

El joven buzo desaparecido el pasado viernes en la isla de Benidorm mientras practicaba pesca submarina fue finalmente encontrado ayer sin vida a primera hora de la mañana, poco después de que los servicios de rescate reanudaran las tareas de búsqueda, que habían tenido que ser suspendidas la noche anterior por falta de visibilidad. El cuerpo del submarinista, de 25 años de edad y residente en Benidorm, fue hallado a 29 metros de profundidad, no muy lejos del lugar en el que apareció su embarcación, en la zona de La Llosa, en la parte trasera de la isla, según informaron fuentes municipales.

Un submarinista del cuerpo de bomberos, que junto a los grupos subacuáticos de Policía Local, Guardia Civil y Salvamento Marítimo formaba parte del equipo de rastreo, localizó el cuerpo del joven hacia las ocho y media de la mañana. La familia del fallecido recibía la trágica noticia en el puerto, donde había permanecido en todo momento a la espera de que fuese encontrado. La víctima era de nacionalidad alemana pero tenía su domicilio en Benidorm desde hace años, donde trabajaba en una tienda de pinturas.
Ayer, al amanecer, se reactivó el dispositivo de búsqueda completo por tierra, mar y aire para localizar al joven, que había salido el pasado viernes a pescar a las nueve de la mañana. Fue por la tarde, ese mismo día, cuando miembros del Club Submarinista de Benidorm alertaron de que habían avistado una zodiac con comida y enseres personales inmovilizada durante horas. Poco después comenzaron las labores de búsqueda, tras localizar a los familares quienes pensaban que a esas horas el joven estaba ya trabajando, según fuentes cercanas.
Según explicaron fuentes del equipo de rescate, el joven estaba practicando la pesca submarina a pulmón cuando todo apunta a que llegó al límite de sus posibilidades y no pudo salir a superficie, ya que además llevaba puestos los habituales pesos para facilitar el descenso subacuático. Las mismas fuentes señalaron que era un submarinista experto que solía salir a pescar con arpón y realizaba inmersiones en apnea de forma frecuente. El cuerpo fue llevado al Instituto Anatómico Forense de Alicante para aclarar las causas de la muerte. Information

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Acabo de chatear con la otra parte del mundo, con Guillermo, nuestro amigo del Velero Tin Tin. Una conversación muy interesante y divertida contándome él aventuras de aquel mundo y yo recordándole zonas lugares y piedras donde también pescaba hace años. Me envía unas fotos, y tenemos aquí el informe sobre su periplo por el archipiélago de Vanuatu. Muchas vivencias y experiencias, tanto en los fondos marinos, con un verdadero vergel lleno de colores, como por la fauna tan atrayente para nosotros. Ya han recorrido once islas y han hecho muchas fotos, cuentan hasta con islas deshabitadas donde incluso se han aventurado en una de ellas con otra pareja de viajeros de otro velero belga, en busca de alimentos animales de patas, «sin escamas». El safari lo montaron con buena estrategia, pero con pobres resultados. Acabaron, como siempre yendo al mercado por frutas y otros alimentos.

Dicen que Vanuatu, les sorprendió por la calidad de vida que goza tanto el paisaje como el paisanaje. Alguien les comentó que si se busca en Internet una estadística donde se analice cuales son los ciudadanos de este Mundo donde estén mas conformes con su vida, salen los vanuatus en primer lugar. Guillermo escribe que no si tuviéramos que aportar nuestra opinión al respecto, no les sorprendería en absoluto que estas gentes humildes, con su forma de vida natural y una sonrisa permanente, viviendo en un auténtico jardín, fueran los mas felices de nuestro planeta.

Visitar su facebook y podréis ver otras fotos. Aquí tenemos alguna muestra.

Recalamos en la isla de EPI, concretamente en la Bahía de Rovohieu como se ve en la imagen.

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Fondeamos en ocho metros sobre un suelo de arena negra como corresponde al origen volcánico de estas islas. En lugar era espectacular, las aguas en calma como consecuencia de una pequeña barrera de coral que cerraba el fondeo y una frondosa vegetación que llegaba prácticamente hasta el agua.

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En la travesía desde la cercana isla de Nguna habíamos capturado dos bonitos y con uno de ellos nos acercamos al poblado cercano para dar presente al jefe. Nos sorprendió la limpieza y orden del lugar estando las cabañas separadas por auténticos jardines.

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Y allí es donde encontramos al muchacho que veis el la fotografía, el cual se dirigía hacía el arrecife a pescar.

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Nos sorprendimos mucho al observar el arma que portaba y le rogamos que posara para nosotros mientras le sacábamos unas fotografías. En la siguiente imagen tenéis la empuñadura que está compuesta por cuatro piezas rudimentariamente montadas y se puede observar la palanca que sirve de gatillo. Si os fijáis bien podéis ver un orificio al final de esta palanca lo cual significa que antes de ser “gatillo” fue varilla

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En esta fotografía podéis observar la parte delantera del fusil la cual consta de un tubo por el que pasa la varilla y una goma de color negro que es del tipo “quirúrgico” rematada con un alambre a modo de enganche para la varilla.

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En la siguiente instantánea se puede observar el dispositivo de disparo, el cual está compuesto de una varilla en forma de Z y que es la misma pieza que se usa como palanca de disparo y ésta sale por la parte superior del fusil en forma de cono afilado, y éste cono se introduce en un orificio que tiene la varilla.

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El sistema en muy simple, ya que la pieza sobre la que se actúa como gatillo y la pieza que libera la varilla es la misma, o sea, un hierro en forma de Z. Una goma elástica sujeta la varilla para que no se separe del cuerpo del fusil y otras gomas mantienen el conjunto de disparo con la tensión suficiente para que no se libere la varilla de forma accidental.

La varilla carece de agalla, está muy afilada lo cual indica que disparan al plano de los peces de forma horizontal y cuidan de no estrellarla contra los corales. Las capturas que realizan son peces pequeños tipo “cirujanos” y peces loro y otros con mal aspecto desde nuestra perspectiva ya que aparentemente son muy espinosos. Por este lugar del Mundo, como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, los arrecifes están o pudieran estar afectados por la cigüatera y por lo tanto no es conveniente consumir peces demasiado grandes (a mayor tamaño mayor cantidad de toxina) y tampoco los clásicos depredadores como pueden ser meros, pargos, barracudas…etc

Bueno, esperamos que os guste este pequeño reportaje, donde el ingenio queda patente a la hora de construir un arma con los mas elementales materiales y con una sencilla técnica. Para ellos no es un juego o un deporte, forma parte de su subsistencia a la cual contribuyen incluso los mas jóvenes de la comunidad.

Alguna foto más.

En la Isla de Espíritu Santo (Vanuatu), concretamente a un lugar llamado Port Stanley, en la pequeña isla de Oyster, fondeados en este punto: 15º22,41’S/167º11,42’E en diez metros de calado con cincuenta metros de cadena.

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Visitando los fondos, en busca de langostas, calamares, jibias o pulpos.

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Por avería en la goma, terminó cogiendo esta jibia con el cuchillo, estilo tarzán.

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Por rica que sea la sopa de tortuga, nuestros amigos son demasiado ecologistas. Solo pescan lo imprescindible.

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Pese a la abundancia de pescado, el miedo a la cigüatera también te condiciona.

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Preciosos y variados corales. Todo un regalo para la vista.

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El Nemo de la pelicula, un pez payaso precioso.

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Aqui vemos a Isabel de excursión por esos bellos lugares.

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Pesca… y caza.

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Habitantes del poblado, isla de Malakula.

Recibir un muy fuerte abrazo desde Vanuatu Isabel&Guillermo.

A veces nos quejamos de un pequeño revés que nos ha dado la vida y nos hundimos. Puede que viendo el ejemplo de este muchacho nos ayude a superarnos y a no quejarnos tanto, superando cualquier depresión.

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Bancos de lubinas en el primer bajo que llegan a las costas de Gales … Sería bueno organizar una excursión de ida en ferry, pesca y vuelta…

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Samuel Cabrera, Rayco García y Jaime Heras son los nuevos campeones de España de pesca submarina de clubes tras coronarse en Ingenio.

10/10/11 – LAS PALMAS DE GRAN CANARIA / Nunca antes un club canario se había alzado con el ansiado cetro, de ahí que su satisfacción sea aún mayor. El club deportivo Atacayte de Gran Canaria, representado por Samuel Cabrera, Rayco García y Jaime Heras (este último campeón del Euro-África de pesca submarina), se proclamó este fin de semana campeón de España de esta disciplina por clubes tras una animada competición que tuvo por marco las aguas de la bahía de San Cristóbal.

Con 35.170 puntos -los obtenidos al combinar el número de piezas y el pesaje de estas-, los tres isleños superaron de forma holgada los 19.615 obtenidos por el club Figueras, con sede en el Principado de Asturias y encabezado por Manuel García, Félix Fernández y Manuel Fernández. Los grancanarios no cabían en sí de gozo al convertirse en los primeros oriundos de la tierra que triunfan en un certamen en el que recibieron el aplauso del público tras capturar una veintena larga de piezas, con un medregal de más de 3,5 kilos de peso como elemento de mayor contundencia en la cita.

Las malas condiciones del mar y la limitación de la zona de competición condicionaron la jornada, que se prolongó por espacio de seis horas y tuvo su punto de arranque en San Cristóbal. Además, el viento hizo de las suyas, transformando el fondo marino en un entorno hostil. Al finalizar la prueba, los 22 equipos participantes se dirigieron hasta El Burrero, en Ingenio, donde se procedió al pesaje de las piezas.

Una actuación que fue seguida en directo por varios centenares de personas, interesadas en conocer de primera mano el nombre del club ganador.

La plaza de la Candelaria de la villa de Ingenio acogió, ya en la noche del sábado, la ceremonia de clausura y entrega de trofeos. El presidente del comité nacional de pesca submarina de Fedas, Pere Noguera; el presidente de la federación canaria, Luciano Cedrés, y otras autoridades, con el alcalde Juan José Gil y el coordinador de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, Francisco Ortiz Santana, completaron el grupo de altos cargos que pusieron el broche de oro al envite.

En total, fueron 64 los buceadores que acudieron al campeonato, que este fin de semana cumplió sus primeros 30 años de vida. Tras Canarias y Asturias quedó en tercer lugar el club La Barqueta, de La Palma, según indicaron desde la organización. Diario de Las Palmas

PINCHANDO AQUI, TENEMOS LA INFORMACIÓN PUBLICADA EN EL COMERCIO.

Asturianos, Manolos, Félix, enhorabuena por lo que nos toca de paisanos.

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Reportaje fotográfico del barco pesquero encallado en Navia. Por fortuna, no hubo desgracias personales.

Los cinco tripulantes del pesquero ‘La Pola’, que encalló en la playa de Frejulfe, tuvieron que ser rescatados.

http://www.elcomercio.es/multimedia/fotos/ultimos/85662-encalla-barco-pesquero-navia-0.html

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Ganadores del Campeonato de Asturias de fotografía submarina.

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Quién nos lo iba a decir, un jueves con bastante brisa del oesta, anunciada la borrasca y mar de 2 metros, bastante turbiedad, agua caliente sobre los 19 grados, que no solo íbamos a pillar 3 dentones, 3 furagañes, alguna chopa y algunos otro peces de la foto, incluso hasta fallar un precioso bonito. Amén lo que rasgó que tampoco puntúa lamentablemente para nosotros y los peces, claro.

Chus, gran pescador del centro-occidente asturiano y yo salimos desde el musel a buscar algún lugar donde no rompiera demasiado, encontrando un lugar alejado de la costa pero en torno a los 10 metros… fuimos encontrando cotas menos profundas y ahí nos fuimos «envenenando» con los dentones. Había bastante cebo (pescado menudín) y cuando menos los esperabas, allí se presentaban a reirse de uno para que dieras el máximo. Deberían saber que no quiero pasar de los 10 m. ni del minuto, pero la madre que los trajo, cuanto más me ocultaba, más distancia guardaban…

En fin una tarde divertida con 3 horas de agua que a Chus le mereció la pena venir desde Muros del Nalón hasta Gijón, además me ganó a casi todo por 2 a 1. Sin embargo, las últimas veces que él me lleva por su zona, aparte de botonas… poco más. Será que me lleva a los peores sitios, claro, dejando los buenos para él. 🙂

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Relato de Angel Fernández, (narrador profesional) con el que me une algunas decenas de años de buena amistad.

«La Erbosa, es un islote que se levanta sobre el mar algunas decenas de metros, frente al cabo Peñas. Conocido es por todos los pescadores la gran cantidad y variopinta fauna que hasta hace unos años esta isla escondía bajo sus aguas, en recodos, grietas y cuevas submarinas. Lamentablemente, esta abundancia ha quedado reducida -por causas que todos conocemos, nunca relacionadas con nuestro deporte- a escasos ejemplares de cada especie, que pugnan por sobrevivir entre interminables trasmallos, redes de malla microscópica, palangres kilométricos, nasas por doquier y demás artes (?) de pesca.

Por su parte oeste destacan los profundos farallones que se hunden en el mar, verticales anfractuosidades rocosas, paraíso de congrios y alguna que otra morena (15 kg. dio en la báscula la pescada por Constancio en agosto).

Aquí empezó mi pequeña odisea, cuasi tragedia.

En Verdicio embarcarnos Constancio, su yerno Pablo, tal vez el más experto lanchero de Asturias, Manolo el Ferre y yo. Llevábamos pescando unas cuatro horas, disfrutando de unas condiciones meteorológicas perfectas. El sol nos adormilaba al darnos de cara, mientras sobre la zodiac, nos trasladábamos de una zona a otra. En los Merendálvarez habíamos arponeado unos buenos ejemplares de pizcuervo en un sarguero, tras lo cual pusimos proa hacia el Bravo, donde Constancio pescó unos botones (el más pequeño rondaría los dos kilos), y seis furagañas, mientras yo tenía mis más y mis menos con un congrio que se resistía a hacer compañía a Pablo que vomitaba en la lancha, junto a un bicho parecido a la langosta, pero negro, y con dos pinzas enormes (por si esto lo lee la Consejería diré que no era un bugre, sino unos alicates oxidados). En las rocas denominadas El Centollo y El Centollín, por una vez, y sin que sirva de precedente, no hicimos acopio de los susodichos, sino juguetear con una pastinaca de unos 8 kilos aunque al final jugueteamos arponeándola. Tras subir a la Isla III, pusimos rumbo hacia la Erbosa, cabalgando sobre las olas que el Nordeste nos enviaba, cogiéndonos por la popa. La neblina que minutos antes se había levantado iba despejándose y la gran mole de piedra ocre y parda se concretaba a medida que nos acercamos, adquiriendo su inigualable e hipnotizante forma.

Saltamos de golpe al agua, asustando a unos muiles que serpentean en la superficie. Es casi bajamar, lo que nos ayudará en nuestro objetivo, al ser unos metros menos de descenso. A 16 m. de profundidad teníamos marcada una cueva de congrio que no visitábamos desde hacía semanas, y presumíamos que sería cueva con inquilino incluido. Tras una buena hiperventilación pulmonar inicio el picado. Unos segundos después me sigue Constancio. A 12 metros todavía no distinguíamos el fondo. Los pequeños botones y abadejos, picados por la curiosidad se acercan, sorprendidos por aquel extraño ser, cíclope de un solo ojo y aletas, que se deja caer, ingrávido, desde la superficie. Pero cuando la flotabilidad se ha hace nula, e inmóvil, caigo como una piedra, se esconden rápidamente entre las algas, manteniendo las distancias. Me dirigí a la grieta. Durante un segundo pude observar su enorme cabeza. De repente, levantando una pequeña nube de fango, se introdujo un palmo en su madriguera. Tras encañonarle con el haz luminoso de la linterna, en una fracción de segundo dos varillas de 6 mm. traspasaron su cuerpo. Tiramos con fuerza, y tras breve lucha, conseguimos sacarlo de la grieta. El congrio se retorcía sobre sí mismo, como un tornillo métrica 12×60, intentando desgarrarse. Lo consiguió a medias, desprendiéndose de un arpón, pero la otra varilla le atravesaba limpiamente la cabeza, por lo que desgraciadamente para el animal, la suerte estaba echada. Rápidamente subimos a la superficie, y con la ayuda de Pablo izamos el congrio hasta la zodiac, donde lo rematamos de una patada en los testículos.

Volvimos a saltar al agua, y me dirigí hacia unas rocas que el mar descubría y seguidamente arropaba, cubriéndolas con su edredón de espuma. ¡Toma ya!

Me sumergí buceé una decena de metros, pegado al fondo, casi reptando… ¡Y allí la vi!

Del susto se me bloqueó la glotis e instintivamente mordí el tubo con fuerza. En una cueva formada por grandes piedras desprendidas, se encontraba la más espléndida y hermosa corvina que jamás habían contemplado mis ojos desde mi época de pescador de perlas en el atolón de Palmerston (Tahiti). Sobrepasaría con creces los 45 kilos y verdaderamente su estampa era impresionante. (Estampa no, estampita es el timo que os estoy dando),

Se movía nerviosa, intentando introducirse hacia el final de la cueva, pero ésta no tendría más de 5 o 6 metros de fondo, mientras yo tapaba con mis atributos viriles la anchísima, pero a la vez única salida. Ahora sé que mi experiencia como portero de un top-less me salvó la vida. La corvina (llamémosla Pepiña, en homenaje a nuestro bienamado vicepresidente del Gobierno Pepiño Blanco) me miraba fijamente, no apartaba de mí uno de sus fríos ojos, su nerviosismo iba en aumento, incluso una vez pensé que me haría frente.

Mientras, gracias a mi asombrosa capacidad pulmonar, no tenia prisa en ascender, y mentalmente calculaba las posibilidades de sacarla.

Recordé en un instante lo leído sobre ellas, que tienen en la cabeza dos otolitos o bolitas calcáreas, que se pueden engarzar, formando bonitos collares, Pensé: «Con esta corvina ya tengo dos otolitos, así que si mato otras ocho o diez… tendré un collar de p… madre» puesto que cada otolito era tan grande como la barriga de Rogelio. Del dicho al hecho hay un trecho, el mismo que recorrió la varilla hasta incrustarse en su enorme cabeza. Súbitamente me sentí arrastrado por una fuerza brutal, pero no quise soltar el fusil, puesto que el día anterior había cambiado el cabezal por el nuevo metálico, y no quería perderlo. Por fin, a la media hora de lucha submarina, pude sacar la cabeza y coger aire, ya que empezaba a notar el primer síntoma de la falta de oxígeno: las ganas de respirar. Esto fue posible gracias a mi elevado grado de entrenamiento, ya que si no, difícilmente podría haber estado sin respirar ni siquiera veinte minutos.

De un brusco tirón, Pepiña volvió a meterme bajo las aguas, mientras Constancio intentaba agarrarse a una de mis piernas, y poder así frenar a la bestia. Por apenas unos milímetros no lo consiguió debido al peso extra, ya que durante las últimas 26 líneas estuvo cogiendo santiaguinos y la red pesaba mucho. La rabia empezaba a roerme los intestinos y empezaba a cansarme del juego a que Pepiña me estaba sometiendo. No podía permitir que dos horas después empezase la película de vaqueros de la TPA, y yo estuviera en el agua, así que avisé a Manolo. Mirándola fijamente, el Ferre asomó sus bigotes y se rió como sólo sabe hacerlo él. Inmediatamente, Pepiña fue víctima de un colapso y frenó bruscamente (para no atropellar a una vieja). Su cuerpo se movía bajo rítmicas sacudidas, estilo patexa. En ese espacio de tiempo aproveché para abrazarme a Pepiña y arrancarle una oreja de un mordisco, a la vez que le clavaba repetidamente el puñal en los ojos, con lo que casi la dejo ciega, o por lo menos con molestias.

Constancio llegó en mi ayuda, abatiéndola de un certero arponazo, y entre los dos, pudimos subirla a la superficie, donde gracias a la fortaleza de Pablo, izamos nuestra pieza hasta la lancha.

De camino hacia Gijón, vine pensando que tal vez habría alguien que no creyera en la veracidad de mi relato, a pesar de tener tres testigos presenciales: Constancio, Pablo “el yernu”, extraordinario lanchero, vomitador profesional en situaciones de mala mar, y El Ferre, de una imparcialidad y seriedad contrastada, En esa jornada que ahora recordamos con cariño, tan sólo echamos de menos a una persona, a nuestro amigo y compañero del APNEA, Javier , el cual nos hubiese echado una “manita” para capturarla.

Besos a todas

Angel»