Constancio

Con la reciente prohibición de la captura de oricios por parte de la Direccion General de Pesca, no se si pensar mal al relacionar ésta con la noticia de ayer de los periódicos regionales, por la cual, el Centro de Experimentación Pesquera, dependiente de la citada Dirección Geneeral, lleva tiempo con la crianza en cautividad de los ricos y demandados oricios en Asturias.

Parece que se quisiera «justificar» lo que suponga de inversión en estos estudios con la puesta en marcha de prohibir las capturas. Es decir, repoblar no parece que se dedique la administración ni la empresa privada, pero si parece que la privada podría dedicar el esfuerzo económico y los conocimientos de la administración para dedicarse a la aventura de criarlos.

Aquí la nota para que cada uno saque conclusiones. Personalmente, lo que me molesta es que todo tenga que prohibirse, especialmente a los recreativos que, por muchos que seamos y algo de impacto se cause, el problema de la escasez de las especies siempre recae en otros, sea la industria pesquera con la sobre-explotación, la contaminación industrial o cualquier otro factor.

Debería preguntarse la Dirección Generala de pesca (supongo lo habrá hecho ya) sobre otros motivos de la posible escasez del oricio, como la abundancia de estrellas de mar, por ejemplo, y encontrar la proporción de ese teórico desequilibrio de la especie que dicen que tenemos de oricios.

Esto me recuerda, la anécdota sobre permacultura cuando hablaban con Masanobu Fukuoka sobre diversas plantaciones «naturales y equilibradas» que habían llevado a cabo: Que cómo permitía que la abundancia de caracoles le comieran los rábanos y otras plantas, a lo que él contestó que no sobraban caracoles, sino que faltaban patos.

En dos años y medio pueden alcanzar los 5, 5 centímetros de diámetro mientras que en libertad necesitan cuatro El Principado pretende repoblar en zonas deterioradas del litoral, pero no descarta el interés de la empresa privada.

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