Archive for mayo 29th, 2015 | Daily archive page

posted by | on , , , | No comments

Día 28/05/2015 – 21.59h

Enrique Marcos no olvida aquella jornada de pesca en la que se cruzó con un peregrino. «Lo tuve tan cerca que vi cada cicatriz en su piel. Sentí la necesidad de tocarlo»

[photopress:aa_1.jpg,full,pp_image]

El joven llegó a retratarse con el animal bajo el agua

Los amantes de cualquier deporte de agua saben que el mar siempre les puede tener preparado un día especial. Que todo depende de cómo se levante de humor: si bueno, malo o regular, y también, de cómo termine la faena. Hace aproximadamente un mes, el mar se despertó tranquilo, algo turbio pero navegable. Enrique Marcos, un gaditano amante de la pesca submarina comenzaba la jornada en la playa de los Castillejos en Los Caños de Meca cuando, de repente, algo inesperado sucedió.

Ya en el agua, una gran sombra comenzó a deslizarse por su lado. Absorto, pero sorprendentemente lejos del miedo, Enrique comprobó que lo que se movía a unos metros de él era un tiburón. «Ya lo había visto en diciembre en El Palmar pero ese día no llevaba cámara encima. Después de aquello, me informé de qué especie se trataba. Leí que era un peregrino y que no eran peligrosos», recuerda. «No pensé que me lo volvería a cruzar pero… ¡mira, el destino me volvió a regalar quince minutos más junto a él!».

[photopress:bt_1.jpg,full,pp_image]

El tamaño del escualo superaba los siete metros.

«Los primeros instantes fueron de nerviosismo, ya que impresiona ver un animal tan grande y tan cerca. Todos tenemos en la cabeza la mítica película ‘Tiburón’, ¿no?». « ¡Parecía que estaba en un cine en 3D!», bromea. Enrique rememora las sensaciones que experimentó: «Lo tuve tan cerca que veía cada cicatriz en su piel. Sentí incluso la necesidad de tocarlo, acariciarlo, pero nadaba muy deprisa y me resultaba difícil seguirlo. Sentí que me miraba pero sin peligro. Noté que ninguno nos íbamos a hacer daño».

El escualo tenía la boca abierta, una seña inconfundible del tiburón peregrino que para alimentarse (de plancton y peces) mantiene su mandíbula de esta manera. «De verdad, no sentí miedo», insiste, «fue inolvidable».

Por su parte, los expertos advierten de que se trata de animales salvajes por lo que su comportamiento con humanos no es previsible. «Siempre hay que mantener todas las precauciones», asegura Manuel Fernández Casado, técnico de Medio Ambiente.

[photopress:ct.jpg,full,pp_image]

«Sentí la necesidad de tocarlo, acariciarlo».

Al parecer no era la primera vez que se dejaba ver por Los Caños. Amigos de Enrique, habituales del buceo y la pesca en la zona, lo habían avistado ya en alguna ocasión. «Llevaba tiempo por aquí». Por eso, aunque no con total seguridad, creen que ese mismo tiburón pueda ser el que el pasado domingo aparecía varado muerto en la orilla de esa misma playa. «No soy biólogo, pero cuando lo vi no parecía estar débil ni herido». El animal llegó arrastrado completamente liado en una red, lo que refuerza la teoría de que pudo fallecer cansado al quedar atrapado y no poder moverse ni alimentarse.

[photopress:dt.jpg,full,pp_image]

Las redes ilegales, peligro de muerte

«Hay tal cantidad de redes ilegales a la deriva por esta costa que nos encontramos cuando vamos buceando que, casi con toda seguridad, se enredó en ella y al intentar soltarse lo único que hizo fue enredarse más y más hasta que murió». Puede que debido a su gran corpulencia (siete metros y medio) el escualo arrastrara del fondo alguna red abandonada y firmara así su sentencia de muerte.

Según concreta, Laura Aljama, experta en medio marino de Ecologistas en Acción, estos animales respiran formando una corriente de agua a través de sus hendiduras branquiales, por lo que es necesario que se mantengan en movimiento. «Lo más probable es que al quedar enredado, el animal muriese por falta de oxígeno al quedar inmovilizado».

[photopress:et.jpg,full,pp_image]

El tiburón murió un mes después al quedar atrapado en unas redes a la deriva.

De hecho, las principales causas de muerte de origen antrópico de esta especie suelen ser las interacciones con artes de pesca. «En este caso, el animal podría haberse visto atrapado en una red activa puesta por unos pescadores. Es muy habitual que debido a su prohibición de pesca (ocurre mucho también con los cetáceos y las tortugas) los pescadores decidieran cortar ese tramo de red por miedo a sanciones y la dejaran abandonada a la deriva», explica.

Otra posibilidad que se baraja es que se liara en una red perdida. Se le conoce como pesca fantasma, artes de pesca que quedan abandonadas en el mar y siguen capturando, algunas durante años. Son difíciles de cuantificar y controlar», explica Aljama.

Desde 2007 está prohibida la pesca y el comercio del tiburón peregrino, una especie muy valorada por los furtivos por el gran tamaño de sus aletas, que alcanzan precios elevadísimos en el mercado asiático y que también se exportan desde España.

La Voz Digital (Cádiz)