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Málaga, 28 Diciembre, 2016 – 02:03h – Fueron sorprendidos en la estación de autobuses en el momento de la venta con 7,12 kilos de esta especie.
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Algunos de los ejemplares disecados.
Cinco personas fueron detenidas acusadas de un supuesto delito contra la flora y la fauna por intentar traficar con 7,12 kilogramos de caballitos de mar disecados que pretendían vender en la estación de autobuses de Marbella. Asimismo, se intervinieron 1.424 ejemplares de esta especie amenazada.
La investigación comenzó cuando la Guardia Civil supo que en la localidad se iban a vender una gran cantidad de caballitos de mar, que figuran en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, según explicó el instituto armado.
Justo cuando se iba a producir la venta, dos personas de nacionalidad española y tres portugueses fueron detenidos. Portaban 7,12 kilogramos de estos animales disecados sin que pudieran acreditar su origen o adquisición. Los arrestados pretendían vender los caballitos por unos 10.000 euros y su destino final era China, donde se utilizan mucho para la medicina tradicional.
El Aula del Mar recibió los ejemplares de esta especie en peligro de extinción para la correcta catalogación de los 1.424 animales. Málaga Hoy
27 diciembre 2016 – “El delfín estaba muy cerca de rendirse, ya casi no abría los ojos; si no cortamos la red, se muere”, cuenta emocionado el pescador submarino, Antonio Garriga. Las aguas del Molinar (Palma de Mallorca) se convirtieron, ayer por la mañana, en el escenario de una aventura bajo el agua que, afortunadamente, concluyó de la mejor forma posible.
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Un delfín hembra, de más de tres metros de longitud, estaba atrapado y enganchado en dos redes de pescadores que le impedían incluso subir a la superficie con naturalidad para respirar. Junto a él, se encontraba una barquita auxiliar ocupada por dos personas que trataban de sacarle del entuerto. Otro joven, disfrutando del padel surf, también acudió a la llamada de socorro del pobre delfín.
El animal se encontraba malherido; su cola parecía estar en carne viva y sufría varias heridas también en la aleta. “Yo llegué con la barca y mi equipo submarino; en cuanto me vieron me avisaron de cuál era la situación del delfín; había que intentarlo”, explica Antonio. Gracias a la actuación de este grupo de voluntarios desinteresados; comenzó una compleja maniobra para liberar al animal atrapado.
“En la cola llevaba enganchada una maraña de redes que parecía llevar mucho tiempo; el pobre animal tuvo mala suerte ya que además se enganchó con un trasmallo colocado en la zona. Atrapado por un lado y por el otro, el animal intentaba levantar el peso pero no lo lograba, pesaba mucho y casi no podía salir a respirar”, explica Antonio.
Mientras se dio el aviso pertinente al equipo de biólogos del Palma Aquarium; los liberadores trataban de mantener con vida al delfín, que cada vez se ponía más nervioso. Una vez que lograron tenerlo en la superficie; utilizaron un flotador infantil para mantenerlo. Antonio nadó con él la mayor parte del tiempo durante el rescate pero en un momento dado, el delfín se asustó y pegó un par de picotazos intentando liberarse; uno de ellos incluso, dañó al pescador submarino.
“Estaba muy nervioso y cuando se agobiaba se movía muy rápido. Siempre llevo un cuchillo por seguridad, por si me quedo enganchado u ocurre algo; y lo utilicé para cortar la red. Luego esperamos la llegada de los biólogos, querían verle antes de que le liberáramos del todo, había que valorar su estado de salud y atender sus heridas”, explica.
Una vez llegaron los biólogos y se revisó el estado general del delfín se tomó la decisión de dejarlo totalmente libre ya que se encontraba en condiciones de nadar. Tras proceder al corte de la red que lo aprisionaba, el delfín pudo salir en libertad hacia mar adentro. “Ha sido una experiencia increíble; me alegro de haber estado allí en el momento adecuado. A veces criminalizan a los pescadores submarinos pero no son nuestras redes las que atrapan animales”, afirma rotundo Antonio Garriga.
A Coruña 24.12.2016 | 03:11h – Los servicios de auxilio cobran desde junio de 2012 por cada intervención en el mar – Desde entonces practicaron 83 asistencias por un importe de casi 270.000 euros.
Las temeridades en el mar pasan factura al bolsillo del aventurero que las protagoniza. Salir a navegar con fuerte oleaje, practicar submarinismo, piragüismo o remo sin atender al parte meteorológico o practicar barranquismo en zonas de difícil acceso. Cualquiera de estas prácticas que provoquen la movilización de los medios de rescate de la Xunta ya no salen gratis si el operativo se debe a actitudes peligrosas o negligentes. Desde que el Ejecutivo gallego aprobó el decreto que regula el cobro de las tarifas por las intervenciones de los medios de Salvamento Marítimo y emergencias en junio de 2012, se practicaron 83 rescates -13 de ellos en lo que va de año- y el importe total de las facturas reclamadas ronda los 270.000 euros. Solo este ejercicio, entre enero y noviembre, el importe de los dispositivos puestos en marcha supera los 61.000 euros, lo que supone más de la cuarta parte del total gastado durante estos cuatro años y medio.
Pero la Xunta no ha ingresado en caja todo lo reclamado por sus intervenciones en mar o costa. Bien por litigios todavía sin resolver con las aseguradoras o bien porque las reclamaciones están en fase de tramitación, aún faltan por abonar a las arcas públicas casi 97.000 euros, el 36% del total reclamado por intervenciones derivadas de actitudes imprudentes o temerarias, según datos facilitados por la Consellería do Mar.
Hasta el año 2012, la Xunta no cobraba por cada llamada de socorro de personas en peligro. Pero entonces entró en vigor el decreto que regula el cobro de tarifas tanto a embarcaciones de recreo como a personas accidentadas a pie de costa, bien por prácticas deportivas o de pesca submarina.
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Los años con más intervenciones de Salvamento Marítimo y emergencias para prestar auxilio a accidentados fueron 2014 y 2013, con un total de 23 y 18 actuaciones, respectivamente. El coste reclamado por los medios movilizados esos ejercicios también fue el mayor desde que se aplica el decreto, con más de 67.300 y 64.500 euros en facturas, respectivamente. Pese a que en 2015 se practicó una intervención más que en lo que va de año, los gastos derivados de las actuaciones realizadas entre enero a noviembre de este año fueron un 30,4% superiores: más de 61.000 euros por 13 operativos frente a los casi 42.600 euros de los 14 rescates el ejercicio anterior.
Por provincias, Pontevedra es la que registra el mayor número de rescates por actitudes peligrosas o negligentes. En los últimos cuatro años y medio, los medios de Gardacostas se vieron obligados a intervenir en 44 ocasiones en la costa pontevedresa, más de la mitad de las actuaciones realizadas en toda la comunidad. Le sigue en la lista A Coruña, con 28 rescates, diez en Lugo y uno en Ourense.
Los medios movilizados este año asistieron a tres embarcaciones y 12 personas en peligro en la costa gallega. Desde que la Xunta comenzó a cobrar por intervenciones en alta mar o en la costa por conductas peligrosas o negligentes, los servicios de socorro rescataron a un total de 78 personas y prestaron auxilio a 20 barcos. 2014 fue el año con más intervenciones por parte a Salvamento Marítimo y emergencias -un total de 23 personas y seis embarcaciones-.
La Opinión A Coruña
LAREDO – 23 diciembre 201622:32La Guardia Civil denuncia a un buceador por carecer de licencia mientras practicaba pesca submarina en aguas de Laredo.
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La Guardia Civil ha denunciado a un hombre por haber pescado, sin licencia, más de 120 kilos de erizos de mar mientras practicaba pesca submarina en aguas del puerto de Laredo.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes cuando una patrullera de la Guardia Civil observó una embarcación neumática en una zona próxima al puerto de Laredo y se acercó hasta ella al sospechar de que el hombre que se encontraba en ella estaba practicando pesca submarina.
Sus sospechas se hicieron evidentes al conversar con el hombre y comprobar que estaba buceando y había pescado más de 120 kilos de erizos de mar. El problema es que la pesca había sido ilegal porque el buceador no tenía licencia para sacar del mar todos aquellos invertebrados.
Los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia civil de Cantabria le intervino el material, que fue entregado a la Lonja de Santoña para su posterior subasta. Al igual que sucede con este tipo de pesca, el importe de la venta es ingresado en la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, al que también se le remite el informe de la denuncia.
El Diario Montanes
22 Diciembre, 2016 – 14:05h
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- La incautación se realizó durante las inspecciones realizadas por agentes del Servicio Marítimo.
Durante la tarde del pasado día 15, agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil con base en Almería, han realizado una serie de inspecciones en puerto de la localidad de Roquetas de Mar (Almería), para verificar entre otros cometidos el cumplimiento de lo establecido en la legislación vigente en materia de pesca, en lo referente a tenencia, consignación, transporte, tránsito, almacenamiento, transformación, exposición y venta, en cualquiera de las formas previstas legalmente, de productos pesqueros prohibidos o de talla o peso inferior a la reglamentaria –comúnmente denominados inmaduros-.
Como resultado de las mismas, se detectó una embarcación, la cual transportaba distintos tipo de pescado, entre ellos: salmonete, breca, sargo, calamar, besugo…todos en peso y talla correctos excepto el pulpo/pulpo roquero (Octopus Vulgaris), que no alcanzaba ni el peso ni la talla mínima reglamentarios, procediéndose en consecuencia a su incautación, de un total de 388,2 kilogramos.
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La mercancía intervenida por el Servicio Marítimo, ha quedado repartida en varios centros benéficos de la provincia.
Por la referida actuación, el equipo del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Almería, levantó acta de aprehensión, denunciando el hecho por supuesta infracción a la Ley de Pesca Marítima del Estado, en materia de control de la primera venta de los productos pesqueros y de normalización y tipificación de los productos de pesca y tallas mínimas de determinadas especies pesqueras.
Diario de Almeria.
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21/12/2016 – EN ALGUNOS PAÍSES SE ALIMENTAN A LOS PECES DE PISCIGRANJAS CON ALIMENTO PARA CERDOS Y GANSOS, LOS CUALES CONTIENEN GRAN CANTIDAD DE ANTIBIÓTICOS.
Por qué es importante.
A esta práctica de crianza de peces de granjas se suma que para evadir controles, los exportadores chinos buscan hacer pasar sus cargamentos como procedente de otros países como Malasia.
El mercado global permite al ser humano muchas cosas, entre las cuales está la posibilidad de degustar alimentos de otros lugares. Sin embargo, ¿qué sucede cuando las regulaciones de salud no son iguales entre los diferentes países? Es más, ¿qué se debería hacer cuando estos alimentos empiezan a hacer mal a la población?
Este es el caso de gran parte de los pescados que provienen de China. En el país asiático, no se comparten las mismas regulaciones para los animales destinados al consumo que se tiene en Estados Unidos. En consecuencia, se ha acelerado el desarrollo y expansión de las conocidas “súper-bacterias”, las cuales resisten antibióticos. El caso es explicado por el artículo de Bloomberg, titulado “How Antibiotic-Tainted Seafood From China Ends Up on Your Table”.
Desde hace unos años, en muchas partes del mundo se ha iniciado una tendencia que consiste en alimentar a los peces con lo mismo que se usa para hacer engordar a los cerdos y a los gansos. Sin embargo, estos nutrientes estuvieron –hasta hace poco tiempo- llenos de antibióticos. Esta práctica estaba prohibida en Estados Unidos, ya que el creciente uso de antibióticos en la alimentación animal generaba que las bacterias se volvieran más resistentes.
Sin embargo, el caso es más complicado, ya que el alimento de los cerdos chinos estaba lleno de colistina, antibiótico que puede hacer que las bacterias se vuelvan sumamente resistentes de manera muy rápida. Además, la materia fecal que los cerdos generan suele tener varios de los medicamentos intactos. Esta materia suele terminar en los criaderos de comida marina, los cuales a su vez dan a parar en los ríos que desembocan en el mar, creando un problema mucho mayor.
Lamentablemente, esto no termina ahí. El caso no sólo es complicado a nivel de producto, sino también de exportación. Esto se debe a que las autoridades no saben cómo diferenciar entre alimentos venidos de China y alimentos procedentes de otras partes del mundo, en parte debido a que los sistemas son sumamente corruptos. Por ejemplo, se tienen casos que pescadores chinos que van a Malasia para obtener papeles de origen para su mercancía que indica que esta fue pescada en dicho país, en lugar de China.
En otras palabras, se tiene una gran cantidad de cargamento que no se sabe si es de China o de otro lugar. Además, existe una posibilidad de que los alimentos ahí contenidos alberguen una infinidad de antibióticos capaces de hacer, para el año 2050, que más personas mueran por “súper-bacterias” que por cáncer. Pro Expansión
Aunque en este mismo blog ya había descrito otros comentarios de este mismo tema, reproducto lo publicado el pasado día 1 en La Región, de Orense.
01/12/2016 13:05 H. – La maragota o el pinto (o la bicuda) se puede elaborar de muchas formas y en todas ellas nos ofrecerá grandes satisfacciones gastronómicas.
FRANCISCO J. GIL
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Su color es tan llamativo como escaso en nuestras pescaderías. Su abundancia unas décadas atrás lo convertían en poco interesante desde el punto de vista comercial frente a las tradicionales especies de bajura como la lubina, el sargo, y las clásicas merluzas, castañetas, sardinas y caballas, etcétera. Hoy, en cambio, empieza a ser una especie apreciada, porque su sabor y la delicadeza de su carne así lo merecen. Está dentro de los que consideramos pescados blancos por su bajo contenido en grasa.
Su nombre científico es Labrus bergylta y en el común hay una constante discusión. ¿Pinto, maragota… o son dos especies diferentes? La «Guía dos peixes de Galicia», que publicaron Manuel Rodríguez Solórzano, Sergio Devesa y Lidia Soutullo en 1983 en la Editorial Galaxia considera la maragota y pinto una misma especie. Lo que distingue son dos variedades: la bicuda, de color verdoso tirando a castaño, con manchas blancas, y el pinto, con las mismas manchas blancas sobre una coloración de un rojo a veces incluso brillante.
Ambos tienen en común su territorio: la costa, entre algas y rocas. Tiene una tendencia marcada a no abandonar su territorio, que siempre suele estar entre el metro de profundidad, en aguas muy someras y los 50. Esa tendencia sedentaria tiene que ver también con su sensibilidad a los cambios de temperatura del agua, sobre todo cuando enfría.
Muy parecidos, pero de tamaño más pequeño, no pasan de 20 centímetros de longitud, son los serranos. Por su vistosa coloración y similar entorno de vida no resulta raro confundirlos con pintos en edad juvenil.
A la lonja llegan tras su captura en trasmallos, pero también se pesca con caña en las escolleras y espigones de los puertos. Quienes practican este deporte disfrutan mucho de la pesca del pinto porque es bastante peleón, sobre todo en los ejemplares más adultos que alcanzan pesos de hasta tres kilos y pueden medir más de medio metro de cabeza a cola. También es una captura apreciada por los submarinistas, que se los encuentran entre las masas rocosas, escondidos entre sus oquedades y las algas.
Se alimenta de crustáceos y moluscos y algunas variedades de algas, una selecta dieta que contribuye notablemente a su gusto sabroso.
La maragota o el pinto (o la bicuda) se puede elaborar de muchas formas y en todas ellas nos ofrecerá grandes satisfacciones gastronómicas. Entero puede ir al horno, sobre una cama de patatas panadera con una juliana de pimiento y cebolla. Se puede comer en caldeirada, guisado, frito, a la plancha, e incluso fileteado. Sus escamas son bastante duras, por lo que es mejor que nos o limpien en la propia pescadería.
La Región