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La Nueva España 2 de marzo 2009.

La acuicultura bracea para salir a flote.

– Desarrollo pesquero. La búsqueda de alternativas para el sector.
– La compleja orografía de la costa del Principado dificulta la puesta en marcha de proyectos rentables
– Las ostras son el cultivo que más éxito tiene en Asturias; el 90% de los moluscos se exporta a Francia.

La acuicultura, una de las alternativas para revitalizar el sector pesquero asturiano, no acaba de salir a flote. La razón principal es la compleja orografía costera asturiana, que dificulta el cultivo de algunas de las especies más rentables, como el mejillón o la almeja.

La competencia de las regiones vecinas -Galicia es el gran buque insignia de la acuicultura en España- es otro de los obstáculos con los que debe lidiar Asturias. La Dirección General de Pesca de la Comisión Europea advirtió a finales de año de la necesidad de buscar nuevas alternativas para contrarrestar el cierre de caladeros y la reconversión de la flota.

Los responsables de las cofradías asturianas tienen claro que la acuicultura es uno de los sectores que pueden generar valor añadido. La Consejería de Medio Rural y Pesca ha desarrollado proyectos destinados básicamente a recuperar especies como el oricio y el pulpo. Además, se han preparado planes para la cría y engorde del salmón.

En la práctica las experiencias empresariales que se han llevado a cabo hasta ahora no han tenido mucha suerte. La planta de rodaballo instalada en la playa de Cuevas del Mar, en Nueva de Llanes, interrumpió su producción a finales de año. En la ría del Eo se intentó sin éxito la cría de almeja.

En la ensenada de la Concha de Artedo (Cudillero, Asturias) existe un cultivo controlado de algas marinas comestibles del género palmaria. Se emplean para acompañar platos de pescado y en repostería.

Paradójicamente, en una comunidad donde el consumo de pescado supera ampliamente la media española, una de las especies que sale de los criaderos es la ostra, sin apenas demanda en la región.

La zona de cultivo de las ostras se ubica en la vertiente asturiana de la desembocadura del Eo, en Castropol. En 2008 la empresa Acuicultura del Eo puso en el mercado casi 400 toneladas de «Crassostrea giga», una ostra rizada muy apreciada por los gourmets.

El noventa por ciento de la producción -unas 500.000 unidades- se va al oeste de Francia, a Oleron-Marennes, donde las ostras tienen denominación de origen. Los moluscos asturianos pasan un tiempo de adaptación y después se comercializan como producto de la zona.

Lo explica el biólogo madrileño Eduardo Martín, que hace catorce años se embarcó en la aventura de criar ostras en Castropol. Martín lamenta que en Asturias no se aprecien las ostras, «se las asocia con problemas sanitarios, y a mucha gente no le gusta comerla al natural». El kilo, que contiene unas diez ostras, sale de la factoría a unos 2,30 euros. Recalca que no se trata de un producto caro: «Otros mariscos tienen un precio mucho más alto y no arrastran la fama de elitistas que tienen las ostras», señala. Uno de sus proyectos es aumentar las ventas a la hostelería.

La cría de almejas en la ría del Eo lleva años chocando con el alto porcentaje de sedimentación, que impide el desarrollo de los moluscos.

Mejillones.

Las bateas gallegas son inviables en Asturias. El problema es la falta de profundidad de las rías.

Rodaballo en Llanes
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La planta instalada en la playa de Cuevas del Mar, en Nueva de Llanes, cerró a finales de 2008. La empresa Culmanor alegó pérdidas de 2,7 millones de euros y la imposibilidad de competir en precio con los gigantes del sector, como Pescanova.

Dorada y lubina.

Se ha hablado de proyectos para la cría de doradas y lubinas en Asturias, hasta la fecha ninguno ha tomado cuerpo. Las temperatura de las aguas asturianas es idónea.

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