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APUNTES SOBRE APNEA PARA CONSUMO PROPIO.

Esto significa (según la ley de Henry) que puede pasar a la sangre una cantidad mayor de oxígeno y durante más tiempo respecto a la que pasaría estando en la superficie. Así pues, la duración de la apnea en profundidad aumenta por una mayor disponibilidad de oxígeno utilizable. Sin embargo, hemos de rendir cuentas al subir a la superficie, cuando el tórax recupera el volumen original. En efecto, al aumentar el volumen pulmonar se produce una súbita caída de la presión del aire y por tanto de la presión parcial del oxígeno que hay en los pulmones. Ello hace que se pueda descender repentinamente por debajo del límite mínimo de oxígeno necesario para el funcionamiento regular del cuerpo humano. Se produce así el síncope anóxico. Algunas veces el desequilibrio creado puede incluso invertir el curso del oxígeno, que pasa de la sangre al aire alveolar y deja en situación de anoxia los tejidos nerviosos. En estos casos, el submarinista cae en síncope al final de la apnea, en el momento en que se está acercando a la superficie para emerger.
Además, a lo largo de toda la duración de una apnea, nunca hay que descargar aire, ni siquiera en los últimos metros del ascenso, porque la caída de la presión parcial del oxígeno podría procurarnos la pérdida del conocimiento. Si hemos apurado la apnea, al ascender es conveniente recuperar el aire que hay en la máscara, inspirándolo por la nariz.
Recordemos además que el cansancio durante la apnea acelera el consumo del oxígeno disponible y por tanto reduce la autonomía; lo mismo ocurre con el frío.

Hiperventilarse significa respirar varias veces consecutivas a pulmones llenos, es decir, aumentar voluntariamente los litros de aire respirados en la unidad de tiempo. Recurren a ella a menudo tanto los principiantes como los expertos para mejorar sus prestaciones en apnea, pero es arriesgada porque puede llevar al síncope anóxico sin que aparezca el hambre de aíre y los estímulos diafragmáticos que constituyen nuestras señales de alarma. La hiperventilación enriquece la sangre en oxígeno en una proporción mínima, pero baja considerablemente el índice de CO2; por ello debe considerarse una des carbonización más que una oxigenación. Como la acumulación de CO2 es el resorte que hace saltar los estímulos para la respiración, hiperventilarse retrasa las contracciones diafragmáticas. En definitiva, se obtiene sólo un retraso en la aparición de los estímulos para respirar, pero no una verdadera prolongación de la apnea. Una recomendación que no hay que olvidar es, por tanto, la de no prolongar la hiperventilación durante más de 4 o 5 actos respiratorios. Existe el riesgo de caer en síncope anóxico al final de la apnea sin ni siquiera darse cuenta.
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La voltereta, o golpe de riñón, es el movimiento con que el submarinista entra en el mundo sumergido; una vez acabada la voltereta, el tubo respirador ya no es de ninguna utilidad y por tanto es conveniente que el submarinista escupa el bocado.

Retirar la boquilla de la boca es útil porque:

*En caso de síncope la boca permanece cerrada durante un tiempo y la ausencia de la boca del tubo elimina una posible vía de agua hacia los pulmones;

*Se evitan las molestas vibraciones del tubo;

*Se impide que el tubo respirador se atasque en las rocas y ensanche la máscara;

*No se desperdician energías para vaciarlo al emerger.

elperrodepaulov

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