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A consecuencia del calentamiento global, nuestras aguas del Cantábrico también se vienen templando, ocasionando la pérdida de laminaria, propia de aguas más frías y también nos ha traido especies de peces de aguas tropicales o al menos de aguas más templadas de gran interés gastronómico, con buen sabor, como el pez ballesta, la dorada o el dentón, entre otros. Ahora, nos llega la noticia de que nos ha venido otro pez, pero en este caso, lamentablemente, es tóxico.

El tamboril (lagocephalus lagocephalus) es un pez hasta ahora muy raro de capturar por nuestras costas. Lo pocos que se han pescado, lo han sido en la zona central de Asturias. Está clasificado por los biólogos en el suborden de los tetraodontidos entre los que se encuentra el pez globo o erizo y tambíén esta emparentado con el pez luna.
Como el pez erizo, para defenderse, puede hinchar un divertículo de su estomago (Bauchot y Pras en Guia de los peces de mar de España y de Europa) hasta convertirse en hemisférico, con ereccion de espinas y flotando con el vientre en el aire. Puede hincharse también de agua. Su piel es lisa en el dorso y está armado en el vientre por espinas eréctiles con 4 raíces en cruz . Puede alcanzar los 60 cm y un peso de algo mas de 3 kilos. Está considerado como tóxico, especialmente sus visceras. Cuidadito, pues.

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La Coordinadora para el Estudio y la Protección de Especies Marinas (Cepesma) alertó ayer de la presencia en aguas del Cantábrico del Lagocephalus, o Tamboril, un pez tropical de alta toxicidad. La embarcación ‘Siempre María’, con base en Cudillero, capturó esta semana siete ejemplares que se suman a los pescados en Gijón, Gozón y Castrillón. Cepesma advierte de la necesidad de reconocer esta especie para evitar su comercialización y consumo.

El Comercio 24/10/2011

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