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¿POR QUÉ SE «OYE» EL MAR EN UNA CONCHA?
La concha necesita el sonido ambiental o de fondo para darle el sonido marino.
Es una experiencia muy agradable caminar por la playa, y se puede hacer aún más bonita buscando una gran concha vacía, ponerla al oído y escuchar los sonidos del mar. También da a los adultos un sentimiento de benevolente omnipotencia pasando la concha a los niños y ver el asombro en sus rostros. El mar no puede estar dentro de la concha, por lo que los sonidos del mar procedentes de las paredes de color rosa de una concha marina parecen magia.

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¿Qué estás escuchando en realidad en la concha?

La respuesta es que estás oyendo los ruidos localizados a tu alrededor, pero alterados por la concha – gracias a una cierta física inteligente.
Una explicación popular (pero mala) es que estás escuchando tu propia sangre fluyendo a través de ti.
Esta explicación podría basarse en el hecho de que a veces se puede oír el latido de la sangre cuando pones la cabeza sobre una blanda almohada.

Es fácil de refutar esta teoría con un sencillo experimento. Coloca una concha en tu oreja y escucha, y luego corre por la playa durante unos minutos para aumentar el flujo de sangre a través de todo tu cuerpo, y de nuevo escucha tu concha mágica.
Encontrarás que el volumen del «sonido marino» sigue siendo el mismo.
Así que ahora vamos a obtener una explicación en tres partes.

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La primera parte de la explicación es que la concha actúa como un «resonador».
Al soplar aire con fuerza a través de los labios fruncidos sobre la boca de una botella vacía, oirás una nota musical. El sonido está resonando en la botella. Tu y yo podríamos llamarla «botella», pero un especialista en física acústica lo llamaría una «cavidad resonante». Volviendo a nuestra concha, el interior es retorcido con un acabado casi acristalado – por lo que es un excelente reflector de sonidos (es un resonador). También tiene una forma bastante irregular – por lo que resonará a muchas frecuencias.

De la misma manera, este filtro acústico (o la concha cerca de la oreja) amortigua una frecuencia (o tono), y aumenta otras frecuencias. En un estudio, en una típica habitación ruidosa, se colocó una taza cerca de la oreja y un pequeño micrófono justo al lado del tímpano (se eligió una taza, ya que tiene una forma «simple» de las complejidades internas de una concha marina). El micrófono registró 15 decibeles más fuertes a la frecuencia de resonancia de la taza de 648 hertz (en comparación con no tener la taza en absoluto). Pero al doble de la frecuencia (1.296 hertz), el sonido que se escucha es 16 decibelios más silencioso.

Pero para darle el sonido del mar, la concha necesita sin duda el sonido ambiental o de fondo. No hay sonido ambiente, no hay «sonido del mar en la concha». Si entras en una sala insonorizada y escuchas a tu concha preferida, no oirás nada.
La segunda parte de la explicación es que nuestro cerebro humano es excelente en encontrar patrones sutiles en el caótico mundo que nos rodea. Podemos encontrar animales en las nubes, o el rostro de Jesús en una patata frita, o la Virgen María en un poste.

La tercera parte de la explicación es que vivimos en un mar de sonido, pero que en su mayoría ignoramos. Esto es similar al fenómeno de ser capaces de sentir nuestros calcetines y ropa interior durante unos breves instantes después que nos los ponemos. Nuestro cerebro bloquea entonces los calcetines/ropa interior de nuestra conciencia por el resto del día. De la misma manera, nuestro cerebro por lo general elimina la mayoría de los bloques de ruido del zumbido de fondo.

Así que ahora podemos poner todo junto.
La concha cerca del oído es como el equivalente en audio de unas gafas de sol teñidas de color amarillo. Cambia la composición de los sonidos que continuamente llegan a nuestros oídos, y que continuamente ignoramos. Por ejemplo, permite oír a través de más de una frecuencia, pero menos de otra frecuencia. Así que la combinación del ‘oído y el cerebro’ reconoce que algo ha cambiado en el ruido entrante. El cerebro trata de poner una etiqueta a este nuevo ruido, y te comunica que estás cerca de la costa – por lo que etiqueta a ese ruido como «mar».

Pero algunas personas encuentran en las conchas marinas diferentes patrones de ruido.
Hay un extraño fenómeno psíquico llamado «escudriñamiento de concha». Se te anima a escuchar con atención la concha. En primer lugar, dicen, debes escuchar fragmentos de palabras, a continuación, palabras y, por último, segmentos enteros de la conversación. Vista al Mar

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