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08-07-2016 18:48h.

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Un momento de la estancia de la consejera Meritxell Serret, hoy, en Roses.

 Los resultados son fruto de la reserva de pesca que los pescadores de Roses establecieron, por iniciativa propia, hace tres años.

La iniciativa, pionera en el Mediterráneo, inspira el nuevo modelo pesquero catalán, basado en los planes de cogestión entre pescadores, científicos, tercer sector y Administración.

Las medidas de protección que los pescadores de Roses han aplicado para recuperar las poblaciones de merluza han permitido triplicar el número de juveniles de esta especie en tres años dentro de la zona protegida. Así se desprende de los resultados del estudio que investigadores del Instituto de Ciencias de Mar (ICM) han llevado a cabo a partir del seguimiento de una zona vedada de pesca situada en el caladero conocido como El Segundo, en el Golfo de Roses . Esta iniciativa de los pescadores, que ha contado con la colaboración de científicos y Administración, es pionera en Mediterráneo y es un modelo de la política pesquera que promueve el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca (DARP), basado en los planes de cogestión y la corresponsabilidad entre los diferentes agentes.

Los resultados del estudio han sido presentados hoy, en la Cofradía de Pescadores de Roses, por la consellera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Meritxell Serret; el presidente de la Cofradía de Pescadores de Roses y presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Girona, Antoni Abad; la cabeza del proyecto y bióloga del Instituto de Ciencias de Mar, Laura Recasens, y el jefe del Departamento de Recursos Marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar, Joan B. Company.

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