Lo primero es aprender y al veterano, atender.
Fallos y equivocaciones, han de servir de lecciones.
Tallas y cupos respetarás o sin pesca te verás.
Si te vas a liar a tiros, cuidado con los amigos.
Con las armas empuñadas, poco vino y mucha calma.
No reñir ni porfiar con las armas de pescar.
La mar tranquila es tu aliada, trátala como a tu amada.
Que la emoción de pescar, no la sufran los demás.
Terminada la jornada, limpia, escama y tendrás comida sana.
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Seguro que si queréis, encontráis algunos más.
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