posted by | 3 comments

Yo me pregunto si la administración puede permitirse estos casos lamentables que se repiden de vez en cuando. Concede licencias de pesca, pero no controla el uso que se hace con ellas, ni la forma en la que se hacen las capturas, (no dañar otras especies o el entorno marino) o qué destino llevan las mismas.

Desde luego que acaben en la basura 9000 kilos de chicharos, tal como está la economía y las necesidades de alimentos para Centros de acogida, como Cocina Económica, Cáritas, asilos etc.

Creo que se les debería retirar la licencia para mucho tiempo, además de una buena sanción, en vez de tantas ayudas.

Aqui la noticia de El Diario Montañés.

El nuevo Luz Alba, tira 9000 kilos de chicharro por falta de comprador.

Las capturas del barco santanderino acabaron en el vertedero de Meruelo.

Las capturas de toda una noche de faena -unos 9.000 kilos de chicharro- acabaron ayer en el contenedor de la basura después de que ningún comprador pujase por ese pescado en la lonja de Santander. Francisco Javier Villegas, patrón y armador del barco santanderino ‘Nuevo Luz Alba’ decidió tirarlo a la vista del desinterés de los compradores.

El cerquero se había hecho a la mar a las siete de la tarde del miércoles, y salía después de casi ocho días amarrados a causa del temporal. Casi doce horas más tarde arribaba a puerto con el equivalente de unas 700 cajas de chicharro y otras 200 de boga, pescado éste último sin interés comercial.

chicharros_a_la_basura.jpg

Ni mayoristas ni minoristas mostraron interés por el chicharro del ‘Nuevo Luz Alba’ en la lonja. La razón fue que el pescado venía muy mezclado y nadie pujó en subasta hasta los 0,20 euros el kilo, razón por la cual Villegas optó por ‘tirarlo’, es decir, descargar el pescado en un contenedor y enviarlo al vertedero de Meruelo.

«Es triste y lamentable tener que hacer esto», se quejaba Villegas, que lleva mes y medio «sin hacer cuentas: bien por el temporal, bien por escasa pesca. Y hoy que traigo una buena marea, nadie te lo compra». Su enfado le hizo torcer su habitual costumbre de, cuando se dan casos como éste, regalar parte de las capturas alguna institución benéfica. «Estaba muy cabreado. Tengo nueve hombres a los que dar de comer y tuvimos que tirar el trabajo». Ayer decidió no salir a faenar. «¿A qué? ¿A gastar gasoil para venir y tirar la pesca?

3 comments

Trackback e pingback

No trackback or pingback available for this article

Leave a Reply