POESIA ERES TÚ.

Sep
2010
23

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Como acabo de ver la nueva película «LOPE», que por cierto,  me ha encantado y, teniendo al lado unos cuantos manuscritos de mi padre, al que le encantaba leer y escribir poesía, pongo aquí unas pinceladas de algunas de ellas. Salió la vena poética. Esta primera aunque está en un bable no académico espero guste más de lo que moleste.

EL HOLGAZÁN.

Con Andrés, un aldeanu

muy fornidu y fachendosu,

fíu de un honrau asturianu,

en su pueblu, esti verano,

tuve un encuentru graciosu.

Estaba medio dormiu

sobre el tronco de un frutal

que por lo bajo y torciu,

se veia convertiu

en asientu natural.

En actitud semejante

y sin dejar su diván

ya veréis más alante

que traté con un tunante

y consumau holgazán.

Hablóme munchu de sembraos,

de trabayos y sudores,

de la siega de los praos,

atención de los ganaos

y de otres muches llabores.

En resumen, paecía

exclavu de sus terrenos

y acabó su letanía,

diciéndome que tenía.

doce hermanos, ¡naa menos!

Y, ¿viven todos, Andrés?

preguntéi en buenos modos.

Contestóme él, muy cortés:

-vivos, vivos… somos tres.

Los demás, trabayen todos.

EL FRAILE Y EL MUCHACHO

Cabalgando en una mula

ia un día cierto fraile

a un pueblo de Andalucía

cuyo nombre no se sabe

ni es preciso para el cuento

y su historia quiero contarles.

A media legua del pueblo

vio dos caminos el fraile

y se paró a pensar

por cual llegaría antes.

En esto que vio a un muchacho

y le dijo:  ¿a dónde va este camino, bergante?

Y el chico de mal talante

por el tono autoritario

que con él usaba el fraile,

Le dijo: Este camino que ve,

aunque le parezca chocante,

siempre esta en el mismo sitio

y ¡no va a ninguna parte!

He dicho por cúal llegaría antes, ¡tunante!

Pues… tome por el más corto,

eso, ¡qué duda cabe!

No esta mal la desvergüenza,

respondió entonces el fraile,

y para aplastar al chico,

le dijo en tono muy grave:

Contéstame a esta pregunta

tu que tántas cosas sabes:

Con los hijos de puta,

en este pueblo ¿que hacen?

-Pues anda, lo mismo que en otras partes

los dejan crecer granujas

y después, los hacen frailes.

Y finalmente una que parece un trabalenguas,  creo que es de la segunda mitad del siglo XVII, de origen catalán y anónima.

HISTORIA DE UN LORO, UN MORO, UN MICO Y UN SEÑOR DE PUERTO RICO.

Un señor de Puerto Rico,
colgó en su balcón un loro
de rica pluma y buen pico,
un loro que era un tesoro
y a su amo costó un pico.

Un vecino suyo, moro,
de Tetuán, recibió un mico
y a este mico, lo ató el moro
en su balcón, ante el loro
que así quedo frente al mico.

Tanto y tanto charla el loro,
que un día se enfada el mico
y con la furia de un toro,
lo embiste; se esconde el loro,
rompe la cadena el mico,
salta a la jaula del loro,
sale el loro, pica al mico,
chilla el mico, grita el loro…
se asoman al ruido el moro,
y el señor de Puerto Rico.

Porque no encierra a su loro?
Porque no ata bien su mico?
exclaman los dos a coro
y uno le echa mano al loro
y el otro tira del mico.

Cae el mico sobre el loro,
el loro le clava el pico,
los dientes rechina el mico…
y, asustado, muerde al moro
y al señor de Puerto Rico.

Este reniega del loro,
y jura matar al mico,
mientras furibundo, el moro,
provoca al amo del loro,
y embiste al loro y al mico.

Hacia arriba vuela el loro,
se escurre hacia abajo el mico
y, faltándole al decoro,
caen, trabados en lucha, el moro
y el señor de Puerto Rico…

¡Ay! moro si pierdo al loro!
exclama el de Puerto Rico
y airado, replica el moro:
– Pagará caro tu loro,
cristiano, si pierdo al mico!!

Los imita arriba el loro,
muecas, hace abajo el mico,
y no se sabe si el moro,
es quien habla, o si es el loro,
o el señor de Puerto Rico.

Crece el trajín: vuela el loro
y va a caer sobre el mico…
Furioso el de Puerto Rico
viendo en peligro su loro,
quiere ahora matar al mico.

Le da un empujón al moro,
le dispara un tiro al mico,
yerra el tiro y mata al loro,
se desmaya. Ríe el moro
y corre en busca del mico…

Risueño regresa el moro,
con el loro y con el mico,
ríe el de Puerto Rico,
le envía, muerto, al loro
y una carta con el mico.

Dice: «seis onzas de oro
por atentar contra el mico,
a un infiel, reclama un moro,
guarde disecado al loro;
pero págueme ese pico…»

Viendo esto, el amo del loro,
se lanza furioso al mico;
mata al mico, mata al moro…
muertos moro, mico y loro

Se embarca…
a Puerto Rico!!!

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