Constancio

El pasado jueves, dentro del programa de prácticas en el curso hortofrutícola, nos dirigíamos a la finca de un cursillista, Licinio, el más experto de la clase, ubicada en el valle de Lavandera, Gijón. Siete coches nos íbamos siguiendo en caravana hasta llegar a lo que parecía el «valle del Jerte», por la cantidad de cerezos, todos en flor, que daba un aspecto precioso a toda la zona, además de ser muy productiva y bien trabajada por los lugareños. El indicador del último camino a la finca no podía ser más explícito: camín de Constanciu.

Sin pérdida de tiempo, Xicu, el joven profesor nos iba relatando a la vista de los mucho árboles que tiene Licinio y familia, los injertos de corona o corteza que había realizado y otra demostración de un injerto de yema o escudete aunque no es la época. En esta época de primavera estaban ya todos los brotes, vimos claramente la lamburda en algunos frutales y por dónde hacer los cortes para renovar ramas innecesarias para iluminar y airear el árbol, evitando heridas graves. A pesar de estar todos muy cuidados, también vimos algún frutal (de pepita) con chancro

Lo mejor sería, además de la generosidad de Licinio en darnos todo tipo de esquejes, bulbos, tubérculos y plantas  a los compañeros, la merendola que tenía preparada, incluyendo al final frutas de la tierra, regado con sidra y vino hecho por él mismo. ¡Cómo no va a ser el mas listu de la clase! Mucho terreno, muy fértil, muchas ganas de sabér aún mas y afición a tope, con una mujer que le encantan las flores con una amplísima colección de todo tipo de variedades, de las más comunes, rosales, lavanda, romero, tomillo, geráneos, pendientes de la reina, infinidad a otras menos conocidas, (al menos para mi) como la dalia negra. De la gran extensión de huerta, creo que todo desde ajos con «dientes» tamaño «cabeza», patatas, pimientos, todas las variedades de lechuga, verduras de todo tipo, calabazas, muy variado, extensión algo se ve en una foto. Frutales: desde aguacates, manzanos, naranjos, kiwis, sandía de ratón, y sobre todo cerezos, muchos cerezos. Por cierto, Licinio invita las mujeres que quieran coger algunas cerezas en su momento tan solo con una condición: tienen que ir de faldas.

De regreso salíamos por el mismo camino avisador.

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