Constancio

Una vez más comprobamos que el pescado tiene días. Estaréis de acuerdo conmigo que tienen días para desaparecer y no se ven ni sarrianos y otros, incluso al día siguiente vemos de todo. Se asoman y se entregan, incluso en el mismo lugar. A los mejores pescadores se entregan más, claro. Para mi poco fuelle, me conformo con los ballestas y sobre todo hago mención y agradecimiento especial al comportamiento de los cabrachos/tiñosos que, a diferencia de sargos y otras especies de barriga blanca, son ellos los que me hacen la espera a mi. Incluso me dejan hacer más de una bajada si hace falta y dispararles con más  precisión. Además de su rica carne  me gusta precisamente esas facilidades que me dan sin tener que hacer yo las «esperas».

Hoy Avelino tuvo la suerte más de cara que otras veces. Llegué a llamarle el desgarrador, por las varias piezas que se le escaparon con las tripas o los dientes fuera… Buenas piezas de dorada, lubina y unos sargos. Les dio incluso algo de envidia a los vigilantes de la Guardia Civil del Mar que vinieron a inspeccionar, cumpliendo bien su principal labor, la de controlar a los deportivos…

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