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Estas son las noticias que no me gusta dar. Desafortunadamente suceden de vez en cuando. Luego llegará otra nota de prensa que se acaba otra especie y los profesionales a solicitar más ayudas para el sector:

Un cerquero coruñés captura seis toneladas de sargo que vendió a siete euros el kilo.

El cerquero coruñés «Nuevo Cazador» capturó en las primeras horas de la mañana del jueves 6.000 kilos de sargo. Una vez que la tripulación del barco colocó el pescado a bordo, su patrón, Manuel Domínguez Busto, natural de Laxe, puso proa al puerto de A Coruña, no sin antes anunciar por radio y por telefonía móvil a la empresa Lonja de A Coruña su preciado botín.

Esta comunicación sirvió para que los compradores, tanto exportadores como minoristas y pescantinas, esperaran con expectación la llegada del pesquero, a pesar de que su entrada en la dársena estaba prevista para las ocho y media de la mañana, pasado ya el ecuador de la subasta.

SARGOS_A_TONELADAS.jpg

El interés que despertó el desembarco de esta especie entre los compradores hizo que su valor en primera venta alcanzase una media de siete euros. Esta importante cotización fue también posible gracias a la calidad del sargo capturado. Destacaba no solo su frescura, sino también su tamaño, dado que la casi totalidad de las piezas alcanzaron un peso de hasta tres kilogramos y eran muy pocos los sargos que no alcanzaban el kilo.

Suerte y experiencia

La captura del Nuevo Cazador constituye la primera gran marea de sargos que consigue un cerquero de A Coruña y de sus área de influencia en esta época del año, que los profesionales del mar ya encuadran en la temporada de otoño.

Manuel Domínguez dice que dar con el banco de sargo fue un «gran golpe de sorte». De hecho, cuando se encontraban navegando a cuatro millas al oeste de la torre de Hércules, él ya se disponía a acostarse en el catre para descansar, mientras su hijo mandaba el barco con rumbo a puerto. Sin embargo, en la localización del cardumen tuvo mucho que ver la experiencia de 35 años mandando barcos de cerco.

Domínguez escuchó un ruido procedente del sonar, «distinto ao que emite cando atopa sardiña, xouba ou xarda». Salió del pequeño camarote y observó con su hijo la mancha que marcaba el equipo detector: «Tamén se diferenciaba dos debuxos que recolle na pantalla habitualmente», indicó. Y supo leer con precisión los datos, por lo que no dudó ni un instante en decirle a su hijo que se trataba «dunha bandada de sargos».

Cálculo de rumbo y velocidad

Manuel Domínguez se hizo con el timón y realizó los cálculos sobre el rumbo y la velocidad que llevaba el cardumen.

Los sargos nadaban en la misma dirección que lo hacía el barco y su velocidad era algo superior. Domínguez abrió marcha y dejó el banco por la popa. Esperó a que el cardumen no variase su rumbo al notar mayor ruido de la máquina del Nuevo cazador . Largaron entonces la red por la cabeza de la bandada y lograron cercar casi todo el banco. Domínguez indicó que en esta época «é bastante habitual dar cunha bandada deste peixe, sobre todo na alba do día». Asegura que los sargos abandonan a primeras horas las zonas costeras, «deixan o seu hábitat das pedras», para adentrarse en aguas abiertas «seguindo os bancos de xouba, ou de bocarte do que se alimentan», subrayó.

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