Habla la canción de la mina y el mar… y las minas están cerrando. Desde el pasado año que comencé a interesarme por la agricultura (en plan amateur, claro) vi que se puede vivir de ello, lo mismo que el pescador vive del mar.
Con los tiempos que corren, en cuanto a la tasa tan alta de paro y las perpectivas de no encontrar trabajo, ahí siguen, el campo puede ser ese sector primario del que se pueda vivir, lo mismo que de la mar. Una diferencia, entre otras, es que en tierra, hay que sembrar para recoger frutos y en el mar se está recogiendo sin sembrar y, lo más lamentable, sin dejar que tan siquiera se reproduzcan.
Hoy, el diario El Comercio, confirma esa tésis de volver al campo, previos conocimientos necesarios, para un cultivo ecológico de hortofruticultura y obtener suficientes beneficios, no solo de subsistencia. De hecho, tenemos en el club un asociado que, en una hectárea, hace unos pocos años «nos invitó» a unos cuántos socios a plantarle unos 600 manzanos, nos llevó una mañana y, entre todos, a cambio de sidra y buenas viandas los plantamos. Hoy, está recogiendo más de 10.000 euros anuales solo de manzanas que le recogen los de la cooperativa.
Hay una frase en el titular del artículo de hoy de EL COMERCIO DIGITAL : Coger una fesoria ye duro, pero pasar fame ye más duro.
Lo dicho, acompañaremos pescado fresco a las ensaladas de lechuga «trocadero» con pimiento «corno di toro rosso» tomate «pomodoro» con algún rabanito «sativus» incluso de postre un sabroso melón «charentais, cocumis melo» que se dan bien en esta zona atlántica, o fresas, aunque éstas se resisten un poco, de momento, son unas rastreras.
[photopress:12572686.jpg,full,pp_image]
La presentación, ayer, de Huerto Club, en la sede gijonesa de Caja Rural, que contó con la presencia de Tomasa Arce y del director de la agencia local de empleo, Pelayo Barcia. ::Foto: JOAQUÍN BILBAO