Constancio

Pues ahí que nos reunimos cuatro amigos que teníamos el día libre para intentar pegar unos tirinos, Javierín, Juan Felipe, Avelino y yo, principalmente en busca de dentones, además de pasarlo bien sobre todo.

Javier creo que fue el primero en coger «el más atrevido» seguido de Avelino, mientras que Juan Felipe y yo, grandes expertos en errar el tiro, dejamos escapar buenas piezas, yo otro dentón y él una hermosa lubina, pese que encontró luego otras dos, una teniendo que estirar un poco el centímetro para que diera la talla, pero la dió y él también.

Unos ricos ballestas, hermosos sargos, amén las furagañas y tres tiñosos fue lo más éxotico, porque los pintos no se porqué no los valoramos tanto como se debe, pues su carne es tan rica como lo pueda ser la chopa o la propia lubina, todo depende de la cocinera y a fe que mi vecina cocina muy bien… las tartas y otras artes de la pastelería, que cambiamos por pescado, limpito y escamado, como debe ser.

También me estuve recreando (después de pescar, claro) con unos pececillos que es protegían bajo la embarcación, paro no servir de lo es son, cebo para los depredadores.

Firmamos la salida con unas birras en Marina Yates y hasta el domingo en el Campeonato de Celorio

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