Constancio

El pasado 1º de noviembre ya escribí en este blog sobre la inmensa y encomiable labor que tienen los agentes de autoridad, en aquella ocasión era el Seprona, pero la hago extensible a: Guardia Civil del mar, Inspección pesquera o el resto de policía, nacional o local (otra cosa es si la desarrollan al cien por cien y adecuadamente).

Es una lástima que determinadas actuaciones individuales puedan enturbiar la brillante actuación del resto de policía o benemérita como en este caso que nos han contado. Un vigilante de la Patrullera de la G. Civil del mar con base en Gijón en un claro exceso de celo y con alarde chulesco y de poderío, a un sufrido “administrado” le amargó el estreno de su flamante embarcación deportiva, al sufrir las amenazas de llevarse unas cuantas infracciones, además del sermoneo correspondiente y aguantar impotente el abuso del agente para que finalmente le denunciara por lo que menos culpa tenía.

-Un pescasub, compró la pasada semana una embarcación neumática semirrígida y el concesionario le instó a que probara la lancha navegando lógicamente por las cercanías del Puerto de botadura: El Musel. Con la matriculación en trámite, el seguro ya solicitado y demás documentos en la mano, licencias de pesca y federativa, titulo de patrón, chalecos nuevos y demás elementos de seguridad obligatorios, sale feliz a la mar y confiado porque es su segunda embarcación.

Su peor suerte fue cruzarse con la patrullera de la Guardia Civil del Mar. O peor cruzarse con el peor de los vigilantes. La patrullera le observa desde lejos, ve que no lleva escrito el folio (tramitándose en Capitanía) y van a por él.

Le ordenan que siga al barco hasta el punto de atraque, pero claro, el pantalán no está preparado para estas pequeñas embarcaciones aunque le hace notar que se puede pinchar o golpear en el casco le obliga a que amarre allí, sin defensas. Le suben a bordo pisando con sus rudas botas Seguir Leyendo…